La lactancia materna es la forma óptima de alimentar a los bebés, ofreciéndoles los nutrientes que necesitan en el equilibrio adecuado, así como ofreciendo protección contra las enfermedades.
La lactancia favorece el desarrollo cognitivo del recién nacido y establece un vínculo afectivo madre-hijo. Disminuye el riesgo de sangrado post-parto y ayuda a las madres a recuperar el peso ganado en el embarazo. Por todo esto, la Organización Mundial de la Salud recomienda lactancia materna exclusiva durante los 6 primeros meses de vida y de forma complementaria hasta los 2 años.