Como padre debes estar muy atento a la salud de tu pequeño. Es importante acudir a un oncólogo pediatra si tu hijo/a presenta alguno de los siguientes síntomas, que pueden ser un indicador de la presencia de cáncer infantil:
– Dolor en articulaciones y huesos.
– Exceso de sudoración, más de manera nocturna.
– Pérdida del apetito que conlleva a la pérdida inminente de peso.
– Palidez cada vez más notoria.
– Fatiga o apatía sin motivos evidentes.
– Fiebre persistente, es decir, que sea de duración prolongada y ante tratamientos comunes no ceda.
– Presencia de un crecimiento irregular en el abdomen.
– Reflejos blancos en las pupilas.
– Frecuentes sangrados nasales o de encías durante el cepillado dental.
– Presencia de ganglios (bolitas) en axilas, cuello o ingles que no desaparecen con desinflamatorios o que no haya explicación de su aparición por alguna infección.
– Puntos morados o rojos en la piel conocidos como petequias o moretones sin motivos evidentes.
– Anormalidad en el crecimiento de cualquier parte del cuerpo.
– Dolores de cabeza recurrentes que no ceden con medicamentos.
– Presenta náuseas y vómitos.
– Alguna de las siguientes alteraciones neurológicas: mareos, convulsiones, movimientos involuntarios, pérdida del equilibrio, hormigueo o desaparición de sensibilidad al caminar.
Se debe tener presente que una detección temprana marca una gran diferencia a la hora de comenzar el tratamiento del cáncer.